La caída del canon minero puso en difícil situación a distintas regiones y municipalidades del país a mediados del año 2013. A la base de dicha situación, sin ninguna duda, se encontraba la volatilidad de los recursos, totalmente dependientes de los precios internacionales de los minerales, que se encontraban a la baja desde el año 2012. En otras palabras, la situación era previsible. Más previsible aún, si se observaba la evolución del impuesto a la renta que pagan las empresas mineras desde el año 2007, la misma que registraba una caída de 14% entre el 2011 y el 2012.
Lo sorprendente en este escenario fue que el Ministerio de Economía y Finanzas estimó en 4,761 millones de soles los recursos provenientes del canon para el año 2013, cuando éste llegó apenas a 3,817 millones. Un error de cálculo significativo que no contempló ni la previsible variación de los precios internacionales, ni la consiguiente disminución del impuesto a la renta de las empresas mineras, registrado el año 2012. Tampoco se contemplaron las señales claras provenientes de la economía mundial desde el segundo trimestre del año pasado: (i) la desaceleración del crecimiento chino; (ii) la virtual parálisis de la economía norteamericana; (iii) la profunda crisis de las economías europeas. Adicionalmente, los funcionarios debieron prever que en escenarios de disminución de precios y alta volatilidad, como el que se observa desde el 2009, las empresas se “protegen” aumentando sus costos de venta de manera tal que disminuye su utilidad antes de impuestos, sobre la que se aplica el impuesto a la renta.
Como sabemos bien, fueron regiones y localidades, en realidad las poblaciones de las mismas, las que se vieron perjudicadas por el grosero error de los funcionarios responsables del cálculo en el sector que finalmente decide la vida de millones de peruanos y peruanas. El Ministro Castilla y su equipo, sin embargo, lograron un “adecuado control de daños”, es decir, no tuvieron costo alguno por su error. Peor aún, no aprendieron nada del mismo.
Así, en julio del 2013, estimaron los recursos del canon para el 2014 en 3,495 millones de soles; en diciembre de ese año, reajustaron sus números y previeron 2,590 millones de soles, es decir una disminución de más del 28%. Sin embargo, en días pasados, Tania Quispe, titular de la SUNAT, anunció que la regularización por impuesto a la renta de las empresas mineras había disminuido en 74%. Recordemos que las empresas mineras hacen mensualmente pagos a cuenta, cubriendo la diferencia al final del ejercicio. Con esa información y asumiendo que los pagos a cuenta y la regularización, según la propia SUNAT habían caído en 47%, es evidente que la disminución de los recursos del canon será bastante mayor al 28% estimado por el MEF, aproximándose en realidad al 40%.
El rol del MEF es el de calcular la distribución del canon a nivel regional con la información que le entregan la SUNAT y el MINEM, utilizando los índices de distribución establecidos por norma. Esa información la debiera difundir lo más oportunamente posible, anunciando a tiempo los ingresos que llegarán efectivamente a las regiones y municipalidades. Todo indica que este año, nuevamente se equivocaron en el cálculo.
Recordemos también que el año pasado, el canon minero se transfirió sin aviso previo de la fuerte reducción producida, generándose gran malestar y distintos problemas por la paralización de las obras previstas, provocándose un conflicto innecesario. El MEF seguramente ya cuenta con la información del IR declarado por las empresas mineras correspondiente al ejercicio fiscal 2013, proporcionada por la SUNAT. Sería conveniente que anuncien ya su primer estimado del canon minero a distribuirse entre las regiones productoras, asumiendo sus errores de cálculo, pero evitando el papel de eventuales incendiarios que cumplieron el año 2013.