Se presentaron 17 expedientes técnicos para integrar regiones

De acuerdo a las normas establecidas por el propio CND, éste tiene hasta el 13 de mayo para calificar los expedientes presentados y quienes los presentan tienen hasta el 15 de mayo para subsanar las deficiencias que se les anoten. Después, el CND elevará los expedientes aprobados a la PCM y ésta oficiará –hasta el 20 de mayo- al Jurado Nacional de Elecciones para la respectiva convocatoria a los referéndum del 30 de octubre.

Se presenta acá un problema inmediato. Por ejemplo, ni las autoridades locales y/o la sociedad civil de Amazonas y Cajamarca que buscan la integración con Tumbes-Piura-Lambayeque, ni quienes desde Huancavelica buscan que Junín se sume a la integración con Ayacucho e Ica, ni quienes desde Madre de Dios buscan sumarse a Cusco y Apurímac, han presentado las firmas requeridas (equivalentes al 15% del padrón de electores de esas regiones) ni el Expediente Técnico como tal.

¿Son estas “deficiencias subsanables”? En nuestra opinión se trata del incumplimiento de los requisitos mínimos establecidos en la Ley y Reglamento de Incentivos a la Integración y Conformación de Regiones, por lo que el CND no debería aceptarlos.

Ahora bien, las serias deficiencias de varias de estas propuestas se deben a que la intervención de las autoridades locales y de la sociedad civil se ha dado solamente en las semanas previas al vencimiento de los plazos establecidos. ¿A qué se ha debido esto? De un lado, a la falta de información y poca atención prestada al proceso por quienes ahora plantean algunas de estas iniciativas de integración. De otro, a que ni los Gobiernos Regionales ni el CND han hecho los esfuerzos necesarios para integrar a la sociedad civil y autoridades municipales al debate sobre la integración y la preparación de los expedientes. Y también es cierto que los plazos inicialmente establecidos –recordemos que la fecha límite inicial para presentar expedientes y firmas era a fines de enero- desalentaban iniciativas desde la sociedad civil, pues no sólo había que preparar expedientes sino también recoger firmas.

Dicho lo anterior, es también importante tomar en cuenta que a la base de muchas de estas iniciativas integracionistas –por mas tardías que sean- hay dinámicas locales a las que deberíamos prestar atención. Por ejemplo, es evidente que las provincias y la población del norte de Cajamarca y varias provincias de Amazonas están muy interesadas en integrarse al eje Lambayeque-Piura-Tumbes y que discrepan de la decisión de sus autoridades regionales de no participar de ese proceso. Lo mismo pasa seguramente con las provincias del norte de Huancavelica que preferirían integrarse al proceso del que Junín es parte, o las de Apurímac (Chincheros y Andahuaylas) que están más articuladas a Ayacucho que al eje Cusco-Apurímac.

De la misma manera, es evidente que en el Sur las Cámaras de Comercio y otros sectores de la sociedad civil están interesados en impulsar la unidad del macro sur, aunque en esta coyuntura no hayan actuado de manera oportuna.

Frente a esta situación, nos preguntamos si lo más conveniente es que esperen hasta el 2009, tal como dispone la Ley de Incentivos y su Reglamento. Nos parece necesario evaluar con seriedad la posibilidad de ir a una segunda consulta el año 2007. De esta manera el tema de si integrarse, con quién y por qué, podría ser parte del debate político regional y local del 2006, y daría el margen adecuado para que maduren las propuestas y opiniones. Esta salida haría posible que los ciudadanos que no han tenido la oportunidad de movilizarse en esta oportunidad, lo hagan entonces.

Se plantean, además, otras dos interrogantes. La primera, la iniciativa del Callao de sustentar su condición de región para –de esta manera- acceder a los beneficios de la descentralización fiscal sin integrarse con nadie. Nos parece que esta propuesta no responde a los criterios definidos para formar una región. Es una buena oportunidad para debatir el complejo tema de la articulación entre el Callao y Lima Metropolitana.

La segunda, si la asignación de recursos por la descentralización fiscal va a ser adicional a los recursos de inversión que ya se tienen, o sustitutoria de los mismos. Como se desprende del cuadro adjunto, para las regiones que cuentan con recursos fiscales significativos la sustitución de lo que actualmente reciben como recursos de inversión por el 50% de lo que generan como impuestos significa –de todas maneras- un aumento significativo en sus recursos de inversión. Aunque para las nuevas regiones que incluyan departamentos actualmente muy pobres, la situación es diferente.

Por ejemplo, en el caso de la propuesta de formar una región formada por los departamentos de Ica, Huancavelica y Ayacucho, ciertamente la asignación de recursos de inversión crecería para la nueva región como un todo, pero ese crecimiento se basaría solamente en el incremento del aporte de Ica, cuya retención de impuestos superaría largamente lo que ahora recibe del MEF para inversión. Pero el aporte de Ayacucho y Huancavelica a los recursos de inversión de la nueva región sería menor que el actual.

Como hemos señalado en nuestro editorial anterior, resulta indispensable aclarar este punto, pues quizás el más grande incentivo de los actuales procesos de integración es el beneficio esperado de la descentralización fiscal. Este es un tema muy importante ya que pueden generarse tensiones y conflictos que podrían manejarse de otra manera.

* Este vínculo lo llevará a la página del CND sobre Conformación de Regiones. Aquí podrá descargar y leer los 05 expedientes técnicos que han sido aprobados por el CND y la PCM. Los mismos que serán sometidos a referendum el próximo 30 de Octubre, según resolución del JNE.